Miércoles en Troya

Próximo está ya el fin de las tempestades y la fiesta del navío de Isis y  Venus se dejará ver en todo su esplendor incluso por el anillado Saturno… Pronto la belleza en la Antigüedad volverá a ser un tema de debate, incluso entre los modernos descendientes de aquellos que conformaron el grueso de la Legio VII Gemina. Se escanciarán todo tipo de “vina Romana” en honor de Perséfone, la primavera y la Gens Classica que, a pesar de encantamientos y plúmbea magia negra, continuará esforzándose por el latín, el griego, la filosofía…Y no porque nos vaya el sueldo en ello! ¿Cuántos sestercios habremos gastado de nuestro "parvum sacculum" en aprender para enseñar mejor? Ese ha sido parte de nuestro aprendizaje basado en problemas, en el que nunca nos hemos acomodado. Pruebas de ello florecen por doquier, como esta sublime rosa de Eurípides y muchas mujeres de esta gens que siguen el ejemplo de Hiparquia de Maronea y tantas otras. Ha sido nuestra labor en muchas ocasiones una guerra de guerrillas, dura y con frutos pequeños y muy lejanos. Si la voluble Fortuna nos hubiera hecho Germanos, nuestros alumnos tal vez quisieran hablar más latín o las llamadas autoridades educativas tal vez respaldarían más la lengua helena y valorarían la exégesis de explicar los autores griegos en griego. Curiosos estos Germanos que se opusieron denodadamente al poder de Roma, de su lengua y de su cultura, cuando son ellos ahora unos de sus mayores valedores… Si esto hubiera sido así, el que habla no sería Hermes, sino Thor. Y con todos mis respectos al dios de martillo, Hermes siempre será Hermes!

Cierto es también que si nuestra morada estuviera en Germania, no tendríamos el enorme placer de ver con nuestros propios ojos este caballo de Troya que los griegos, esta vez sin dolo, han dejado a las puertas de Valentia. Por Zeus, que he de entrar en él antes de que arda!

Buscad en su interior y sed Troyanos por un instante!
Volveremos a soñar en quince días, cuando ya la primavera haya llegado...